ESTUDIAR HASTA LA MUERTE EN COREA DEL SUR


ESTUDIAR HASTA LA MUERTE EN COREA DEL SUR



El artículo “Estudiar hasta la muerte en Corea del Sur” habla del sistema educativo en este país. Para nosotros la cuestión planteada de recuperar el valor de la cultura del esfuerzo en España es que debería motivarse a los alumnos en su justa medida.

El sistema Sur Coreano es un modelo irracional e incomprensible para la cultura occidental, que también es un sistema competitivo pero no refleja “un esfuerzo hasta la muerte” como este país oriental. En Corea del Sur puede verse en el número  suicidios entre 2009-2014 fue de 878 alumnos. Una auténtica locura.

Además es un sistema con grandes carencias en el desarrollo socio-cultural del individuo, ya que no promueve ni la creatividad ni las actividades sociales. Así como un abuso tanto económico como físico. En lo económico, ya que la inversión en 2016 de los surcoreanos fue de mas de 16.000 millones de dólares en tutorías y clases privadas. En el abuso físico, ya que erradicaron los castigos corporales en 2010, “legalmente” ya que algunos padres siguen insistiendo a las escuelas para continuar utilizándolos.

Nuestra valoración es que si reconocemos que debemos incrementar y fomentar la cultura del esfuerzo a través de seguimiento tutelado individual a los alumnos de una  forma equilibrada. Se trata de ayudar a los alumnos mediante la incentivación y motivación con metas concretas y reflejadas en las calificaciones.

Me gusto mucho el documental de Michael Moore, “Educación en Finlandia”. Me encanto un sistema educativo que se basa en la igual de todos los centro educativos, no hay educación privada, donde se enseña que la vida se compone solo de estudiar, sino que los niños deben ser niños y tener tiempo para serlo. 

Creo que España debe tender hacia un sistema similar, creo en el esfuerzo, pero creo que hay que tener un sistema que valore todos los factores del alumno y no solo los taxativos o cuantificativos.

Texto conjunto del grupo 6: José Gómez, Nuria Clemente, Pablo Pérez, Álvaro Román, Javier Garach y una servidora. Agradezco a mis compañeros la tarea.

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