BACK TO THE FUTURE!!

BACK TO THE FUTURE!!




Un sentimiento entrañable volver de nuevo a mi Instituto “EIS José Zorrilla” aunque solo sea a través de los recuerdos!

Me temo que mi promoción debió ser de las últimas del antiguo sistema educativo que cursó la totalidad del Bachillerato y COU!! Para mi la ESO, en ese tiempo, era lo que en  las noticias daban como un caos organizativo y que los políticos se reprochaban unos a otros, y hasta hace relativamente poco he conseguido enterarme de la equivalencia de mi sistema al existente actualmente.

Busque el Proyecto Educativo del EIS José Zorrilla de Valladolid para echarle un vistazo.

Desconozco los valores impresos de mi época ya que no pude encontrar el Proyecto Educativo, así que no es posible hacer la comparación, ni la evolución pero si hablar de los valores que experimente en el centro.

Tengo grandes recuerdos de mi época de Instituto y de grandes profesores que me enseñaron. En especial recuerdo con gran cariño a mi profesor de alemán, Manolo Matellán, era el único instituto de Valladolid que tenia esta asignatura de primer idioma, y fuimos unos privilegiados ya que éramos literalmente 3 en clase. Este hecho sin duda ayudo mucho a que el profesor nos conociera a fondo durante años que nos dio clase, éramos un grupo bien reducido, y si además tenemos en cuenta que dio clase previamente a mis 4 hermanos, realmente me conocía bien.

Realmente fue un gran profesor que para su tiempo iba adelantado a su tiempo, la forma de dar clase, prácticamente a tiempo completo en el idioma que íbamos aprender. Ahora esto parece obvio, pero en mis tiempos, las clases de idiomas eran en castellano, enumerando un vocabulario un tanto absurdo en el idioma que se enseñaban, con profesores que no eran nativos, y que tampoco tenían un conocimiento profundo del idioma. Manolo no, era realmente un literato del idioma, un perfecto acento y por supuesto enamorado del mismo, esto hacia que diera las clases con pasión y entusiasmo.

Otro de los avances que hizo a su tiempo fue conectarnos a un Instituto de Hamburgo y nos escribíamos con alumnos en alemán, correspondencia epistolar por su puesto!! Una vez que creamos amistad con los alumnos, consiguió que nos dejaran ir de visita a Hamburgo durante dos semanas, para mejorar el idioma y conocer las costumbres germánicas, tan diferentes a las nuestras. Fuimos en Semana Santa, y un recuerdo imborrable fue que nada más llegar a casa de mi amigo alemán, Henry; su madre me planto una cesta y me puso en el jardín a buscar huevos de pascua, hasta arriba de chocolate me puse. Una familia encantadora y enorme (soy pequeñita y ellos pasaban todos el 185 cm.), que me trataron a las mil maravillas y sobretodo con mucho cariño. La vida en el instituto alemán también nos sorprendió, empezando porque para ir a clase iban todos en bicicleta (a mi me dejaron la del padre, unas 3 veces mas grande que yo, y en cada parada debía apearme por completo de la misma, otro recuerdo divertido), nunca habíamos visto tantas bicicletas juntas. Las clases fueron igual de sorprendentes, los alumnos eran los que cambiaban de una clase a otra, no había un aula única a los que los profesores venían; los compañeros no eran siempre los mismos en todas las clases, y la forma en que los profesores daban las clases era totalmente participativa e informal, donde los alumnos tenían un dialogo constante con sus alumnos. Hoy puede resultar ridículo el stock que este sistema educativo nos causo porque se entiende como el lógico, pero en mi bachillerato las clases eran muy distintas.


En definitiva, cuando volvimos y compartimos todas nuestras experiencias con nuestro profesor, él nos contaba sus intentos por convencer a la dirección para tender hacia este modelo que el conocía bien. Gran profesor, gran persona y todo magnífico coach sería en estos tiempos.

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